El Padre Benigno de Santa Teresa del Niño Jesús (Angelo Calvi), nació en la región de Lombardía de Italia el 23 de julio de 1909. Recibió de su familia y del oratorio parroquial una fuerte y feliz educación en la fe, basada en un gran amor a la Eucaristía. A los 17 años, tras un meditado discernimiento, se sintió llamado al sacerdocio en el Carmelo Teresiano.

Una novena a Santa Teresa del Niño Jesús le permitió superar dificultades insuperables para reanudar sus estudios. Se convirtió en un convencido imitador del Santo cuyo modo de confiar en el abandono en Dios, que es Padre, se convirtió en la clave de su vida.

Pasó los últimos meses de su vida en el convento de Concesa en Trezzo sull'Adda (Milán, Italia) como segundo maestro de novicios. Aquí también se le pidió que supliera al párroco de la parroquia cercana, donde resplandeció su caridad siempre sonriente e ilimitada hacia los enfermos, los pobres, los jóvenes y las familias.

Murió con sólo 28 años de un cáncer intestinal, ofreciendo su vida por la Provincia religiosa que, debido a un fraude bancario, estaba en grave peligro de ser suprimida (ocho conventos, diez monasterios). Un mes después de su muerte, todo se resolvió bien.

El decreto sobre las virtudes heroicas fue promulgado el 20 de diciembre de 2003.

Nació en Sassello, Provincia de Savona (Italia), el 12 de febrero de 1890, de Giacomo Ramognino y Caterina Badano. Fue bautizado con el nombre de Giacomo Pietro. Su padre prefirió llamarlo León y así lo inscribió en el Municipio, en honor al Papa León XIII.

Después de la escuela primaria, su padre pronto lo puso en un taller para aprender el oficio de carpintero. A los 17 años ya trabajaba en la tienda como patrón. A los 25 años participó en la Primera Guerra Mundial, entre los pontoneros de la V Compañía. Hizo nacer entre los soldados la devoción al Santo Niño Jesús de Praga, ya conocida por los ligures. En 1918, el cabo Nino con sus bravos pontoneros, sin importar el peligro de crecida del rio Piave, se puso manos a la obra para dar paso a las tropas del XXII Cuerpo que, en la noche del 26 de octubre, pasaron por el puente fortificado por él, el único que continuó operativo tras la inundación. En sus cabezas había pasado el Niño Jesús, llevado por "Nino" y el grupo de "Audaces". Más tarde recibió el honor de caballero de Vittorio Veneto.

En memoria del don de la paz, Leone Ramognino, en colaboración con el infatigable Monseñor Pirotto (más tarde obispo de Troia en Foggia), construyó el santuario en el Monte Beigua, en honor de María Reina de la Paz. A su regreso, a partir de 1919, se entregó en cuerpo y alma a la animación de la parroquia. Se puede decir que fundó el Grupo de Jóvenes Católicos de S. Luis. Vivió intensamente la vida asociativa de las Cofradías a las que pertenecía y de la Sociedad Católica de Trabajadores del Socorro Mutuo de S. Alfonso Mª de Ligorio. También cooperó en el nacimiento de los Scouts Católicos en Sassello.

El Año Santo de 1950 será entonces el tiempo de un gran punto de inflexión para Nino, el año de su entrada en el Carmelo, en el convento del Desierto, a la edad de 61 años. Fue ayudado, en particular, por el padre Anastasio Ballestrero, entonces Provincial, quien entabló inmediatamente con él una profunda amistad, basada en la estima de su alma pura como "hijo de Dios". En 1967, después de diez años de servicio terciario regular, gracias a la participación directa del P. Superior General P. A. Ballestrero, Fra Gioacchino (nombre religioso que eligió), fue admitido a la Profesión Solemne directamente en la Primera Orden, sin el año canónico de Noviciado.

Religioso Carmelita Descalzo, fue custodio del Santuario de Regina Pacis, en aquél tiempo confiado al cuidado de los Carmelitas Descalzos. De buena gana se llamó a sí mismo "un pobre bulto". La gente de Sassello (Acqui Terme) lo llamó y todavía lo recuerda como «Ninu u santu», es decir Nino el santo. Destacaba su Esperanza. Comunicaba una certeza luminosa. El amor de Dios lo expresó de modo especial con la oración. Se unía a Dios, se desprendía de todo y volvía a todos con más amor. Se podría decir que fue un continuo "Gracias" a Dios y también un gracias a los hermanos. Fr Gioacchino tenía una sonrisa que nosotros ya no tenemos, y que no logramos tener. En él se podía ver como se transparentaba el cielo y la belleza y ternura de la Virgen Madre María.

Murió en el desierto de Varazze el 25 de agosto de 1985.

La investigación diocesana sobre la "vida, virtud y fama de santidad" se cerró el 6 de enero de 2015. El decreto de validez se otorgó el 13 de mayo de 2016.

Nació en Siwcowka, diócesis de Cracovia, (Polonia) en 1876, la novena de diez hijos de la familia Siwiec, llamada por todos con el diminutivo de Kundusia.

Respira la serenidad del paisaje y de su familia cuyo padre, aun en la vejez, iba a los pastos silbando y cantando y al atardecer se quedaba fascinado al admirar los matices de la puesta de sol sentado frente a la casa. Kundusia aprende a leer y a firmar participando, en los meses de invierno, en una especie de "escuela vespertina", en la que hacen de maestros los habitantes más instruidos del pueblo. Por otro lado, crece decidida, voluntariosa y profundamente religiosa, con un novio al que quiere mucho y con el que ya tiene planes de matrimonio.

El punto de inflexión en su vida llega en 1896, participando en la misión popular predicada por un padre redentorista: Kundusia, con sus 20 años y un matrimonio a la vista, descubre de pronto su vocación: “vivir en el mundo, pero sólo para Cristo”. Reorganiza así su vida en torno a este ideal, dando prioridad absoluta a las cosas espirituales. Comienza inscribiéndose en el Apostolado de la Oración, luego asiste a un curso de catequesis para preparar a las chicas de las montañas al matrimonio y a los niños a la primera comunión. Finalmente se une a la Tercera Orden Carmelita. En el pueblo observan su metamorfosis, de niña "como todas" a, poco a poco, cada vez más "de Jesús". No lo saben, pero logran adivinar que detrás de todo esto hay una gran intimidad con el paraíso, nacido y apoyado por largas horas de oración de corazón a corazón con Jesús.

En 1929 ofrece el terreno que le corresponderían en herencia para construir un "centro educativo": una escuela normal, en definitiva, a la que ella nunca pudo asistir, regentada por monjas autorizadas a la docencia, que además se ocupan de la educación de niños y adultos. También se construyó una capilla anexa al Centro y a partir de ese año, por lo tanto, Kundusia tiene la alegría y la oportunidad de la misa diaria. La Eucaristía da alas a su espiritualidad y hace crecer su intimidad con Jesús, no se sabe exactamente cuándo, pero, particularmente después de la comunión, recibía "locuciones interiores". Kundusia le revela esto a su confesor solo en 1942, con cierta vergüenza, admitiendo que esto ha estado sucediendo durante algún tiempo. Esto la lleva gradualmente a madurar la decisión de ofrecer su vida en reparación por los pecados del mundo y a hacer crecer en ella una ofrenda completa, en unión con el sacrificio de Jesús en la cruz.

Gente sencilla y culta, sacerdotes y religiosos empiezan a acudir a Kundusia en busca de consejo, ayuda espiritual, incitación al bien: todos reciben de esta mujer analfabeta lo que necesitan. Al entrar en su casa la encuentran ocupada con sus hermanos en la lectura de obras místicas, que comenta con una profundidad y competencia que asombran incluso a los más destacados teólogos. Su unión plena con Jesús alcanzó su punto máximo con la aceptación gozosa del sufrimiento: en 1948 fue atacada por un tumor óseo con metástasis generalizada, con un sufrimiento indecible escondido detrás de su habitual actitud sonriente y juguetona. Todo lo ofrece en reparación por los pecados del mundo, todo lo vive en unión con el sacrificio de la cruz.

Murió serenamente, con un dolor insoportable, el 27 de junio de 1955.

La investigación diocesana sobre "vida, virtud y fama de santidad" se abrió el 21 de diciembre de 2007 y se cerró el 28 de octubre de 2011 en la archidiócesis de Cracovia. El decreto de validez fue otorgado el 1 de marzo de 2013.