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Teresa di Gesù (Gimma)

Teresa di Gesù (Gimma)

Nació en Bari el 10 de marzo de 1880. A sus padres, probados por la pérdida de dos hijos, les dio nuevas alegrías y nuevas esperanzas. Se le impuso el nombre de Teresa.

A la edad de 18 años pidió unirse a las Hijas de Santa Teresa. Esta solicitud creó estragos en el sereno hogar de la pareja Gimma, que veía a su hija como la única heredera de su familia.

A pesar de estas presiones y oposición, Teresa, apoyada por una fuerza arcana, cruzó el bendito umbral del Carmelo de San José en Bari, el 29 de mayo de 1898.

Después del Postulantado, que fue alargado bastante por petición del Caballero Gimma, que esperaba y aguardaba el regreso de su amada hija a la casa solariega, Teresa pudo por fin vestir las Sagradas lanas del Carmelo, ante la admiración y entusiasmo de quienes la conocieron. Su primer nombre se mantuvo por petición aún de su padre. Cuando recibió, el 13 de julio de 1920, la orden formal del Arzobispo de abandonar su monasterio para dar vida al nuevo Carmelo, Sor Teresa abandonó inmediatamente (14 de julio de 1920) su amado Claustro, tras veintidós años de paz y alegrías íntimas, saboreadas en el dulce oasis de S. José, y volvió a la casa paterna.

Al día siguiente, 15 de julio, por voluntad expresa de Su Excelencia Monseñor Vaccaro, se celebró la primera Santa Misa en la improvisada capilla del Palacio Gimma. Ese mismo día, Su Excelencia hizo llegar una carta a Sor Teresa prometiéndole proteger la obra naciente e invitándola a iniciar la transformación del Palacio.

En 1932, el Arzobispo Augusto Curi, de acuerdo con los Superiores de la Orden, decidió trasladar a las monjas a otro lugar, lejos de la ciudad. La villa actual fue comprada y ampliada y modificada según las necesidades. La Comunidad dejó el Palacio Gimma y se trasladó a Vía Salerno en 1935.

El 5 de junio de 1938 las Religiosas emitieron sus votos solemnes, y diez años después, el 1 de diciembre 1948,  la Madre Fundadora, que ya había visto prosperar su obra, después de una vida muy edificante entregó su alma a Dios.

El proceso diocesano sobre "vida, virtud y fama de santidad" se cerró el 6 de junio de 2012 en la archidiócesis de Bari-Bitonto. El decreto de validez fue otorgado el 19 de junio de 2015.

 


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